AMO A MI FAMILIA

Fecha de publicación :    12-10-2020

“Buenos días, mi amor. Te amo”, dijo Carlos a su esposa, y ella sonrió. Esta fue la primera expresión que Carlos dirigía a Pamela ese día. El día empezó bien, ¿verdad? Todos los días, nos relacionamos con los demás a través de gestos, palabras y acciones, y estos revelan cómo estamos. Si no estamos bien, esas palabras, gestos y acciones estarán cargadas de pesar, amargura, cansancio y/o desánimo.
 
Podemos amar solo cuando somos capaces de compartir vida; caso contrario, podemos estar dañando el corazón de las personas que más amamos. Y lo peor es que muchas veces no somos conscientes de ello. La rutina diaria, las cuentas por pagar, el tiempo insuficiente, el absorbente trabajo, los distractores tecnológicos, los males de salud… se empoderan en nuestras vidas y crean murallas que no nos permiten reconocer y disfrutar lo más importante.
 
Sentirnos amados, aceptados y valorados son necesidades vitales, que deben ser cubiertas en el seno de nuestra familia, el lugar más seguro.
¿Cuánto amor estás brindando a tu familia? Diariamente, di “te amo”, tómate un tiempo para escuchar, no juzgues, no te enojes, no grites, brinda aliento, sonríe, ten buen humor, cuenta una historia, prepara la comida que les guste, abraza a tus hijos, juega con ellos, bendícelos, pide perdón, pasa el mayor tiempo que puedas con tu familia, sé ejemplo de honestidad, responsabilidad y respeto, haz planes en familia…
 
Brindar amor a nuestra familia es una prioridad para que crezca saludablemente y se fortalezca. Nada es producto del azar. Cosechamos lo que sembramos y cuidamos. Siempre es un buen tiempo para cultivar.